Oriol
-210815-
-LA
SUB-DIVISIÓN DE NIVELES, O ARQUETIPOS MENTALES-
Oriol
Escritor y Terapeuta.
Siempre
he intentado encontrar las 5 patas al gato, y como Aries de signo Solar no voy
a dejar de ser así, estableciendo la versión más racional (dentro de lo que
cabe) para encontrar respuestas a mis propias preguntas, suscitando así una
mayor comprensión y una vertiente más longeva de todo lo que circunda, mi versión
más elevada de información multidimensional. En la actualidad, pasando por un
proceso de referencia personal se abren diversas puertas, las cuales tengo que
estudiar más detalladamente, para volcar toda mi atención a través de estas. Esto
representa una constante versión, de adaptación a los cambios que van a ir
sucediendo en mí, y los cuales vais a vivir todos a través de los artículos que
voy a ir publicando. Todos absolutamente todos, vivimos inversos en esa versión
personal la cual marca la dirección de nuestras experiencias, con la única
diferencia la cual se refleja a través de los aspectos prioritarios, que actúan
al reflejarse nuestras propias creencias o modelos de realidad. Los diversos
niveles o graduaciones las cuales vivimos, establecen la certeza del sistema
personal el cual vivimos, para adentrar en nuestras mentes la información adecuada,
dentro de la precisión que ejecutan nuestras propias mentes, en la subdivisión de
niveles o arquetipos mentales en desarrollo, experiencia tas experiencia. Esto nos
muestra una versión más perfeccionada, de una identidad la cual no habíamos desarrollado
y que nos muestra las bifurcaciones que vamos a ir actualizando desde una perspectiva,
de análisis personal constante. Venimos de la gestión del análisis exterior y
nos abrimos paso a una transgresión personal de auto referencia, para ver ínsito
las referencias de nuestra actividad, y actuar desde una versión más elevada en
la ejecución de dicho reconocimiento.
Por norma
general y a través del largo proceso que llevamos atravesando hasta el día de
hoy, muchas de estas fracciones o percepciones de identidad se representan,
dentro de las citadas cristalizaciones de las que hable anteriormente. Aun
estas siendo implantadas, podemos actuar conscientemente al reajustar la versión
de nosotros mismos y dejando de alimentar esa versión, o aspecto que actúa como
una expresión, de forma que su “cristalización o imprimación energética” deje
de proceder a extraer o infligir en nuestro propio sistema energético personal,
un proceso de debilidad o consumo energético. A medida que estos cambian, o
ejercemos a través de nuestro propio reconocimiento otro punto de visión sobre
ello, se reflejan otros aspectos que circundan una comprensión más elevada, de
la graduación que se sitúa a nivel mental en el proceso de desarrollo, de una
vertiente más sublime y multidimensional. Nos adentramos así en una versión más
longeva de una expresión fuera de las creencias, y directamente expresada en
una integración de nuestras identidades, las cuales se expresan a sí mismas
como una parte real del proceso evolutivo, que refleja el universo en el que
nos encontramos. En muchos casos, nuestras mentes se creen ceñidas a estados de
cristalización tridimensional o tal vez bidimensional, las cuales a sí mismas crean
que acontezca la versión mas inferior de nosotros, impidiendo la proyección de
una verdad más unificada con la que reconocer los arquetipos más sutiles, de
una impronta real ceñida a la verdadera identidad del Ser. Dentro de este
proceso el cual vivimos todos y cada uno, de forma personal e intransferible se
abren ante nosotros, diversos conceptos que crean una verdadera proyección, de
los sistemas o estructuras mentales que nosotros mismos hemos representado,
para actuar en diversos modos o comportamientos desde una versión racional, de
nosotros mismos.
La versión
racional o lineal nos hace creer que todo se mueve al son de nuestras expectativas,
cuando en realidad las expectativas nos hacen rodar a nosotros de múltiples
formas, una vez comprendemos la longitud de onda en la que navegamos. Esta se
representa una vez abrimos los ojos a esta representación, dentro de circuitos
de velocidad que tienen que ir recolocando, las vertientes de un proceso más
depurado de nuestra identidad biológica. Las similitudes nos acercan a
comprender, los diversos grados de percepción que existen sobre una misma versión,
reflejada desde diversos puntos de vista y la cual emerge de forma constante en
la inmersión de una profunda reflexión, en el ahora. Contemplando esta
posibilidad a lo largo de nuestras vidas, esta expresión muta de forma
constante debido al directo estado de evolución que certifica la identidad, basándose
directamente en el ciclo evolutivo que constituye, una versión más amplia de
nosotros mismos. Los rasgos o caracteres que reflejan nuestra percepción, se
ven a sí mismos constituidos por la constante resonancia de las citadas
“cristalizaciones” que fortalecen, los diversos sistemas o niveles de desarrollo
personal, de cada uno en su versión más favorable. Mientras estas detienen el
sistema de referencia, las referencias de estas nos sitúan muy por encima de
una versión personal, de integración de los sistema de identidad una vez
trascendemos los grados de racionalidad, que han ocupado nuestras versiones de sí
mismos hasta ahora. Esto actúa en la inmersión de nuestra identidad, para
contemplar desde un angulo más de observador los matices que siguen cumpliendo,
con el proceso o principio de nuestro aprendizaje. Las perfectas sincronicidades
que actúan en la versión, de un camino llano y sin deterioros de uno mismo nos
hace tomar consciencia, de una comprensión más elevada de todo lo que nos
rodea, y de esta forma actuar mejorando cada aspecto o arquetipo de nosotros,
por el sistema de representación que se contempla desde el Ser, en su versión más
elevada.
Oriol,
gracias por su lectura y difusión.
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