Para Margarita!!!!
Oriol
-191115-
-PERDONARNOS A SI
MISMOS, EL PRIMER ESCALÓN-
Oriol
Escritor y Terapeuta.
A través
de las últimas consultas, he decidido hablar sobre el “perdón”, energía, que
tiene que empezar por nosotros mismos, para poder manifestarla a través de
todo, lo que nos rodea. Como seres humanos, arrastramos de nuestra infancia
muchos arquetipos, que tan solo operan desde una versión inferior, de nuestras
propias realidades. Estas absorben nuestro potencial, y nos hacen perder el
rumbo de quienes somos, y de la actitud positiva en nuestras propias vidas.
Hemos de ser capaces, de afrontar nuestras vidas con el paquete de
posibilidades, que reflejan nuestras propias experiencias. Si no somos capaces,
de perdonarnos a sí mismos, será totalmente imposible perdonar a nuestro
alrededor, ya que ese mismo ego resentido se niega, a comprender las
posibilidades que alberga, nuestro propio despertar personal. A medida que
vayamos eliminando, capas y capas de dolor personal, se abrirá en nuestras
mentes una versión más amplia, a través de la cual, seres capaces de comprender
que todo absolutamente todo, está en su debido lugar, y que tan solo nuestros
“miedos” actúan, limitando nuestras experiencias. Desde el ego inferior,
creemos que perdonando a nuestro alrededor, seremos liberados de nuestras
conductas. Cuando actuamos bajo ese rol, tan solo nos condicionamos a sí mismos
por creer, que la liberación de nuestras existencias, se representa desde el
exterior. Esta visión tan solo sigue limitándonos, además de hacernos caer en
el rol del dolor, y la frustración personal. Es en este preciso momento, que
caemos en el citado “pause temporal” de nuestras experiencias, en esta realidad
del ahora. Esto es como un juego de niños, y tenemos que ver nuestras
experiencias, como si de esto se tratara, ya que nuestras propias condenas las
hemos de vivir cada uno, desde una perspectiva de liberación personal. Pondré
un ejemplo, para que comprendamos lo que cito en este artículo.
Por
ejemplo, podremos ver una manzana bellísima en su visión exterior, con unos
colores rojos y anaranjados que nos hacen venir ganas, de morderla. Pero cuando
lo hacemos, presenciamos que fuera de esa textura tan encantadora, existe en el
interior esa parte de exceso de madurez, que nos impide comérnosla. Pues de la
misma forma, se representan nuestras vidas. Podemos mostrar de cada hacia fuera,
que estamos bien cuando en realidad nuestro interior, se refleja por exceso de
madurez, la cual no dejamos fluir por condicionarnos a sí mismos, y vivir
sumidos en nuestro propio dolor. En muchos casos, existe tanto dolor a nivel
personal, que este se vuelca hacia el exterior, cuando en realidad, tan solo
son fracciones de nosotros mismos, que nos piden a gritos, su propia liberación.
La mente humana, corre de tal forma que se olvida de sí misma, debido a su
potencial acumulado a nivel energético. (Este es el exceso de madurez del que
os hablo). En algunos casos, es tan elevado el exceso de madurez personal, que
nuestros cuerpos llegan a enfermar al no ser capaces, de condensar tantas energías
en nuestra propia, transformación personal.
Hemos
de ser conscientes, y emprender un camino de auto gestión personal, para
adentrarnos en contemplar las posibilidades, que nos ayuden a profundizar en
nuestras propias existencias, y adentrarnos en la transformación de esas
cadenas, que arrastramos del pasado para actualizar nuestros propios softwares,
en el ahora.
Todos
somos capaces, de ejercer estas necesidades tan solo, necesitamos sentir las energías
para que estas, emprendan un proceso de transmutación personal, en el avanzar
de nuestras existencias en el ahora. A medida que contemplamos como nuestra
realidad, cae a pedazos, adoptamos ese comportamiento de sumisión, que nuestra
Alma anhela desde el inicio, de nuestras existencias. Si somos capaces de
perdonarnos a sí mismos, seremos capaces de deshacer las cadenas de nuestro
propio Yo inferior, el cual luchara de todas las formas posibles, para seguir
reinando a través nuestro. Es el momento de dejar de correr como locos,
buscando nuestras respuestas y empezar, a sentarnos en cada banco que
encontremos, y nos preguntemos a sí mismos, que es lo que nos crea dolor, y
como perdonarnos a sí mismos para que, todo nuestro alrededor se perdone a sí
mismo. No existe nadie, que no pueda cambiar su realidad, tan solo es necesario
comprender quien somos de veras, e integrar cada uno de los elementos, que
componen nuestra propia experiencia, en el ahora. Nutrámonos de nuestro
exterior, a medida que deshacemos los múltiples lazos, que arrastramos de
nuestro interior.
Oriol,
gracias por su lectura y difusión.
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