Oriol
-211015-
-LA IMPRONTA SAGRADA,
EN LA PRESENCIA DE DIOS-
Oriol
Escritor y Terapeuta.
La
presencia de Dios, se manifiesta a través nuestro cuando somos capaces, de
integrar la verdadera identidad de nuestras existencias, aquí en la Tierra.
Desde el principio de los tiempos, está a formado parte de la impresión humana
a través de los orígenes del universo, y la expresión de cada uno de los
elementos aquí en el planeta, a través de Dios.
La integración de nuestras propuestas personales, es una parte más que
fundamental de reconocer la visión de Dios, la cual emana constantemente la
Luz, a través nuestro. Dependiendo de la óptica, que actué a través nuestro en
cada decisión, o del grado o nivel de energías que represente nuestra
identidad, a través de las esferas del ego, la versión de Dios en nosotros
ocupara parte de nuestra identidad, o tan solo una posición en nuestra
existencia como seres humanos. La presunta impresión de nuestras mentes, (las
cuales se ciñen a una versión dualizada, para su propio desarrollo aquí en la
Tierra) actúan directamente en el hacernos partícipes de una transformación más
bien personal, desde una óptica racional la cual tiene que ser necesaria para
actuar de acuerdo, a la presente representación a través del cambiar nuestras
vidas, en la instrucción de una impronta sagrada, en la presencia de Dios. Dentro
del desarrollo de nuestras existencias, las cuales se manifiestan a sí mismas
en la instrucción, de un constante crecimiento existencias tras existencias,
nos acercamos tras cada nueva impresión o suceso en nuestras vidas, a sentir más
esa presencia eterna que todo lo es. No podemos creer en Dios y experimentarlo,
hemos de sentirlo y vivirlo en cada acción. Dios no es una energía, Dios en la
totalidad de todo lo que nos representa y el camino a la liberación, de todos
los aspectos mundanos de nuestra mente racional.
A
media que nos acercamos a él, somos capaces de sentir su poder en nosotros ya
que la expansión que emana de Dios, es una parte interna de nuestra evolución
aquí en la Tierra. He citado, la instrucción de una impronta sagrada, la cual
se refleja a sí misma como una esfera que nos representa, a través de la cual
las energías de Dios, se acomodan y nos hacen sentir la expresión de nuestra
identidad, desde la manifestación del Alma aquí en la Tierra. La impronta
sagrada, es el código de luz que nos representa a cada uno, a través de la
familia de Almas a la que pertenecemos. No tan solo, formamos parte de una versión
racional en la que navegamos, transformando nuestro aprendizaje aquí como seres
humanos, sino que a nivel energético y del Alma, formamos parte de
civilizaciones de los Reinos de Luz, los cuales están en constante sincronicidad
con cada uno de nosotros, para aportarnos esa serenidad, con la que sentirnos
en todo momento en el hogar. Se ha dicho siempre, que tanto es el Cielo como es
la Tierra, y la verdad es que esta frase tiene toda la razón a través de una
fina separación de densidad, la cual opera a través de nuestras mentes.
Mientras estamos lejos de Dios, esa parte interna de nosotros mismos y que
alejamos por las frustraciones, que vivimos como mentes racionales no
evolucionadas, esta se refleja en nuestras vidas para ayudarnos a crecer además
de comprender lo mucho, que existe a través nuestro desde la presencia de Dios
en nosotros.
Es
cierto, que mientras vivimos desarrollando nuestras experiencias, nos vemos
hundidos por nuestros propios egos inferiores, aun así la presencia de Dios no
deja de emanar su luz hacia nosotros, para que comprendamos la verdad y seamos
capaces de actuar desde la impronta sagrada que nos pertenece. Todo a nuestro
alrededor, tiene un porque se su existencia, aun así hemos de actuar desde una óptica
más global con la cual sentir que la unidad es la principal manifestación, de
todas y cada una de las energías que rodean nuestras existencias, con la intención
de elevar a superior cada una de nuestras actitudes, y reforzar así los
aspectos inferiores para trascender la visión limitada, de nosotros mismos al acercarnos
a Dios. La manifestación de Dios en nosotros, no tan solo ilumina nuestros
caminos, sino que guía a nuestras personalidades a seguir por los senderos de
la verdad, dentro de los cuales integramos los aspectos de la impronta sagrada
y los llevamos a cabo, como una instrucción que facilita nuestras evolución en
la Tierra. No podemos avanzar, sin conocimiento de lo que nos rodea cuando
este, nos es entregado para que seamos conscientes, de que todo tiene su propio
ciclo de desarrollo. El vernos sumergidos por aspectos mentales, no
desarrollados tan solo actúan desde una óptica de realidad, en la cual nos
vemos a sí mismos sumidos, en el miedo y el temor de seguir avanzando. Dios
sigue a nuestro lado siempre, aunque en ese sistema mental inferior de realidad
tan solo nos alejamos de él, por la basta densidad mental que nos rodea en pros
de nuestro aprendizaje. Disfrutar del artículo, y hacerlo parte de vuestras
vidas.
Oriol,
gracias por su lectura y difusión.
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