Os dejo otro extracto del libro,
con el cual emprender ese pensar sobre lo que realmente pasa y como se mueven
los hilos desde niveles más elevados. A fin de cuentas, somos marionetas las cuales
estas estructuras de poder se encargan de controlar y manipular con sus fines egoístas,
para su bien y su beneficio tanto económico como global. Una gran lista de
sucesos, nos harán participes de la “gran mentira en la que vivimos” mientras
vamos digiriendo todo esto con una sensación de sentirnos preparados para ello.
Para conocer el poder de la
élite hay que analizar su ideología. Una de las características históricas que
define la superestructura de su gobernanza mundial es su insistente proyecto de
control demográfico.
Desde las primeras décadas del
siglo XX, la Fundación Rockefeller viene trabajando activamente en la planificación
de campañas de control de la natalidad y apoyando económicamente políticas eugenésicas.
Uno de sus primeros pasos fue financiar a varios científicos para que estudiaran
el virus de la llamada gripe española (virus Influenza A), de 1918. ¿Por qué?
En numerosas ocasiones, el
propio David Rockefeller expuso su visión negativa de la supuesta superpoblación
del planeta en distintos foros internacionales, como en la ONU en 1994. La
propaganda y el dinero para defender estas políticas son ilimitadas.
Aunque parezca extraño, existe
un documento que sustenta de forma oficial – y secreta hasta su desclasificación
– esta tesis. Su ideólogo es el gran gurú Henry Kissinger, que lo rubricó el 24
de abril de 1974, cuando era secretario de Estado de Estados Unidos. El informe
fue enviado desde el Departamento de Estados a dos receptores muy significativos,
la CIA y el Departamento de Defensa, y fue adoptado como política oficial de
Estados Unidos por el presidente Gerald Ford en noviembre de 1975. Se trata del
Memorándum 200, titulado “National Security Study Memorandum 200: Implications
of Worldwide Population Growth for US Security and Overseas Interests” (“Implicaciones
del Crecimiento de la Población Mundial para la Seguridad de Estos Unidos e
Intereses de Ultramar”). El plan se oculto al público, pero, debido a las leyes
norteamericanas de transparencia, se desclasificó por etapas entre 1980 y 1989,
aun que no ha llegado a toda la ciudadanía y sigue siendo desconocido para la mayoría.
En el punto 29 del informe,
Kissinger recomienda intensificar los programas de reducción de la población desde
el año 1974 hasta el año 2000 en unos 500 millones de habitantes, y hacia el
año 2050 en unos 3.000 millones. Uno de los argumentos principales es que el
planeta no tiene recursos naturales para todos. A menudo, desde mi época de
estudiante, este argumento ha salido en numerosos debates, pero ninguno de quienes
recurran a tal justificación conoce de dónde les vino esa idea, una idea que
ingenuamente creen suya…
Verdaderamente, la única tesis
que sustenta el Memorándum 200 es que el aumento demográfico en los países menos
desarrollados representa un problema de seguridad nacional para Estados Unidos,
ya que, según los análisis de Kissinger, una población muy elevada incrementa
el riesgo de disturbios civiles y de inestabilidad política en aquellas
naciones que poseen un alto potencial para el desarrollo económico. En definitiva,
lo que Kissinger propone es que, para apropiarse de la gestión de las riquezas
y energías de los países en los que los norteamericanos están interesados, una población
numerosa acaba resultándoles un auténtico estorbo, un problema que hay que resolver.
¿Creo que queda bastante claro,
de que forma se reflejan nuestro futuro en el planeta? Esta es la razón de
haceros participes de que la desinformación tan solo nos hace mas inconscientes
de lo que sucede realmente, a la vez que nos muestra una fachada no real de lo
que traman los que mueven los hilos. Durante muchos años me he estado
preguntando de que forma entender lo que pasa, y tan solo podemos hacerlo
buscando información, leyendo libros y construyendo por si mismos lo que realmente
nos hace vibrar con esa información, y nos muestra una realidad en la que realmente
nos sentimos representados.
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