Traducción Margarita Lopez
El Equinoccio es uno de los momentos más poderosos del año. Es un día en el que experimentamos igual número de horas de noche y de día, simbolizando tanto la dualidad como la unicidad.
En el 2020, el Equinoccio de septiembre cae el día 22, activando una poderosa configuración con Mercurio, Marte, Saturno y Plutón. Esta configuración de planetas se conoce como T-cuadrada y, aunque ha estado operando por algún tiempo, se intensificará en este potente y mágico día.
En la Astrología Védica, los nodos lunares o Rahu y Ketu, es decir, la cabeza y la cola del dragón, también están cambiando de signo a Tauro y Escorpio en esta época. Esto significa un cambio importante en nuestro destino cósmico a nivel colectivo.
Si bien esto es específico solo para los cálculos védicos, parece que la Astrología Occidental también apoya esta idea de cambio y transformación. El Equinoccio de septiembre es, después de todo, el punto medio del año astrológico e indica un cambio en el flujo de energía a medida que avanzamos a la siguiente etapa del ciclo.
Esta sensación de energía cambiante y en transición también se ve reforzada por esta T-Cuadrada de los planetas. Juntos, estos planetas nos exigen que actuemos, que hagamos los cambios que deseamos, pero también que no nos apresuremos.
Es esta interesante dinámica de confiar en nuestros impulsos y dar un salto de fe, pero sin quedar atrapados en el ego ni actuar apuradamente.
Podríamos encontrarnos en una posición en la que tenemos que tomar una decisión, o podríamos encontrarnos en una posición en la que tenemos que ser pacientes y no apresurarnos.
Cuando el Universo presenta estas fuerzas opuestas, lo único que podemos hacer es confiar en nuestra propia intuición.
Esta energía cambiante también se refleja en la Madre Tierra, ya que el Equinoccio también trae el comienzo de una nueva estación en ciertos países.
En el Hemisferio Norte, hay un cambio a la temporada de Otoño. Las hojas comienzan a cambiar de color, preparándose para su muerte. El clima comienza a enfriarse, recordándonos que el invierno está en camino.
En el Hemisferio Sur, hay un cambio a la temporada de Primavera. Los brotes comienzan a regresar a los árboles, preparándose para un renacimiento. El clima comienza a ser más cálido, recordándonos que el verano está en camino.
Si bien el lugar en el que vives puede ser tu guía en cuanto a la dirección en la que fluyen las energías, es probable que debas abrazar un poco de ambos.
Tradicionalmente, el Equinoccio también se ve como un momento en el que el velo entre las dimensiones se atenúa, ya que representa esta idea de que la luz y la oscuridad se equilibran. También es un recordatorio de que una no puede existir sin la otra.
Solo cuando hemos disfrutado de las sombras podemos apreciar plenamente la luz. Es solo una vez que nos hemos aventurado en la luz que podemos comprender plenamente las sombras.
Si bien la idea de luz y oscuridad es muy real para nosotros en esta dimensión, ambas son una ilusión. De la Unicidad nacen todas las cosas.
En el Equinoccio, con el velo cada vez más tenue, podemos conectarnos con la Unicidad dentro y alrededor de nosotros. También podemos conectarnos más fácilmente con la sabiduría de nuestros antepasados y nuestros seres queridos del otro lado.
El Equinoccio también puede traer activaciones del tercer ojo, haciendo que nos sea más fácil sintonizarnos con la sabiduría de nuestra intuición y habilidades psíquicas.
Las semanas siguientes al Equinoccio podrían parecer un viaje cuesta arriba conforme nos acostumbramos a las energías en transición.
Cada día puede traer su propio sentimiento, así que mantente presente. Siéntate con tus impulsos e inspiraciones.
No tengas miedo de actuar, pero trata de equilibrar las acciones fogosas con algo de energía arraigada también.
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Traducción: Margarita Lopez
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