Oriol -180416-
Deltebre
-EL “8”
UNIFICA, AL “4” COMO CENTRO-
Oriol, Escritor y Terapeuta.
A medida que integramos, los
dones que nos han sido entregados, asumimos los aspectos o conductas que actúan,
a través del hacernos partícipes del grado o nivel de evolución, en el que nos
encontramos. Estos están fuera, de toda
conducta no desarrollada, la cual se procesó dentro de los primeros años de
vida. En muchos casos, la mente humana desarrolla esta serie de actitudes, bajo
el umbral del reconocimiento personal, el cual empieza a desarmonizarse a
medida, que vamos asumiendo información de nuestro exterior. El 90% de los
casos, estas personas se ven directamente representadas, por procesos
personales de desarrollo los cuales, les hacen vivir inmersos en conductas que
estos citan como Karmicas.
Cuando en realidad, tan solo
forman parte de sus ciclos de desarrollo los cuales, les proporcionan con el
tiempo la alineación de las diversas esferas, de crecimiento y desarrollo personal.
Como he mencionado en anteriores artículos, cada mente se sitúa en su propio
nivel o grado de desarrollo, el cual actúa directamente en nosotros, a medida
que se representan las múltiples esferas, que constituyen su propio
aprendizaje. Recordemos que estas, se representan en diversos niveles y que
estos indiscutiblemente, establecen el verdadero grado o nivel a través del
cual, las conductas actúan en cada uno. De esta forma, en ninguno de los casos
experimentamos que estamos fuera de reconocer, como actúan nuestras propias
experiencias, ya que, dentro de cada uno, se representan los eslabones o zonas
oscuras, que procesan la información que nos representa.
Estas zonas oscuras, en muchos
casos reflejan esa inseguridad o falta de conocimiento, que establece la
confianza básica, en lo que realizamos o llevamos a cabo. Cuando os hablo de
confianza básica, os expongo la capacidad de actuar de acuerdo, a todo sistema
de manifestación que fluye desde el centro, de cada uno. Mientras no seamos
capaces, de unificar el “8” con los “7” centros tan solo, nos alejamos de
experimentar de veras, nuestro propio desarrollo a través de “4”. Ampliare esta
información, en próximos artículos ya es nueva de hoy y tengo que
desarrollarla. Os la muestro para haceros una idea, de la tendencia a través de
la cual, re-orientar nuestras propias existencias. Esto se refleja a través de
las constantes, de hacernos conscientes de todo lo que hasta hoy, tan solo representaba
una parte de nosotros, que en muchos aspectos tan solo nos debilitaba.
En este preciso momento, esta
cambia de línea de longitud y nos acerca a unificar las esferas y actuar, bajo
los aspectos de una versión más que favorable, de nuestras existencias. Esta es
la razón dentro de la cual actúan las energías, procesando siempre los aspectos
que se establecen, como “constantes vitales” a través del favorecer, nuestra
propia evolución. En muchas de mis
lecturas, puedo experimentar como las personas que me visitan, tan solo
experimentan conductas heredadas de sus familias, las cuales les hacen actuar bajo
un velo de inseguridad y distracción. Estas se ven a sí mismas, reflejando esas
constantes vitales a través del patrón hereditario, el cual tan solo se aleja
de ser experimentado, desde la verdadera esencia del ser en cuestión.
En ese preciso momento, nos
acercamos a comprender como todo proceso de desarrollo, tan solo actúa dentro
de una de las esferas, las cuales tan solo impiden que la otra se aliñe, y
experimente su propia manifestación, en su pleno equilibrio. Por norma general,
en las mujeres se refleja la actitud de la Madre mientras, que en los hombres
se representa, su parte polarizada o del hombre. En muchos casos, sus propias
experiencias tan solo reflejan, una parte no reconocida de estos que les aleja
en realidad, de experimentar su propia realidad o sistema personal, de evolución
como mentes en la Tierra. Todo sistema de creencias, o conductas que nos
impiden desarrollar lo que realmente somos, procesa una desarmonía a través del
“8” y su conexión con el centro, el cual refleja la actitud del “4” en armonía.
Oriol, gracias por su lectura
y difusión.
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