Oriol 03-10-16
-LA SEMILLA DE DIOS, EN NUESTRO INTERIOR-
Oriol, Escritor y Terapeuta.
Todos hemos venido aquí, para cumplir con una serie de propósitos. Estos nos hacen, avanzar de forma constante, en las muchas posibilidades que actúan, en nuestra propia evolución. A medida que comprendemos como actúa, el gran entramado en el cual cada uno, estamos inmersos avanzamos en presenciar como todo se constituye, dando lugar a que podamos comprender de que forma, llegar a gestionarlo. Cuando hablo de que hemos venido, a cumplir con un propósito o misión expongo, que dentro de cada uno de nosotros, existe esa Semilla de Dios de la que os hable, hace un tiempo atrás en nuestra realidad.
La versión mas real, de nuestras propias experiencias es esa a través de la cual, todo se refleja como si de una proyección se tratara.
Estamos cursando todos y cada uno, diversos niveles en muchos casos paralelos o lejanos, a los que cumplen muchas personas de nuestro alrededor. Esto nos muestra, e nos hace conscientes de la afinidad que podamos tener con estos. O bien de la sensación de no encajar, que en muchas de nuestras experiencias experimentamos, de forma totalmente natural. Para hacernos participes de cual es nuestro propio grado de evolución, hemos de experimentar de primera mano, que todo lo que nos rodea se representa a si mismo, dentro de una profunda sensación de agradecimiento y cooperación.
En ningún momento, nos podemos sentir alejados de nada o muy cerca, de algo ya que en ese preciso momento operan nuestros propios egos inferiores, los cuales gestionan nuestras posibilidades. El solo hecho de comprender la Semilla de Dios, nos hace abrazar todo suceso, evento o situación partiendo de lo mejor de esta, para nuestra propia evolución e desarrollo. A medida que esto va siendo, parte del trabajo que estamos llevando a cabo, se abren ante nosotros mismos diversas esferas de unicidad, que nos muestran las múltiples partes de si mismos, que corresponden a los ciclos de evolución, en los cuales nos encontramos.
Es totalmente necesario, adaptar nuestras propias experiencias a estos, para contemplar con mas serenidad, de que forma llevar a cabo todo proceso de desarrollo, con el cual procesar todo ese caudal de información, que recibimos de forma constante. Abramos nuestros corazones, y sintamos realmente la Semilla de Dios en nuestros interior, para entregar toda esa abundancia que el Padre, nos colma con cada nuevo aliento viviendo en esa versión, mas desarrollada de si mismos. Esta es la expresión de energía, a través de la cual la Semilla de Dios, establece los aspectos necesarios, para reafirmar el gran Poder interior, que nos acerca a nuestro propósito o misión en la vida.
Oriol, gracias por su lectura y difusión.
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