jueves, 19 de noviembre de 2015

PERDONARNOS A SI MISMOS, ES EL PRIMER ESCALÓN. 19 - 11 - 16

                                                                    



Para Margarita!!!!

Oriol -191115-


                       -PERDONARNOS A SI MISMOS, EL PRIMER ESCALÓN-



Oriol Escritor y Terapeuta.

A través de las últimas consultas, he decidido hablar sobre el “perdón”, energía, que tiene que empezar por nosotros mismos, para poder manifestarla a través de todo, lo que nos rodea. Como seres humanos, arrastramos de nuestra infancia muchos arquetipos, que tan solo operan desde una versión inferior, de nuestras propias realidades. Estas absorben nuestro potencial, y nos hacen perder el rumbo de quienes somos, y de la actitud positiva en nuestras propias vidas. Hemos de ser capaces, de afrontar nuestras vidas con el paquete de posibilidades, que reflejan nuestras propias experiencias. Si no somos capaces, de perdonarnos a sí mismos, será totalmente imposible perdonar a nuestro alrededor, ya que ese mismo ego resentido se niega, a comprender las posibilidades que alberga, nuestro propio despertar personal. A medida que vayamos eliminando, capas y capas de dolor personal, se abrirá en nuestras mentes una versión más amplia, a través de la cual, seres capaces de comprender que todo absolutamente todo, está en su debido lugar, y que tan solo nuestros “miedos” actúan, limitando nuestras experiencias. Desde el ego inferior, creemos que perdonando a nuestro alrededor, seremos liberados de nuestras conductas. Cuando actuamos bajo ese rol, tan solo nos condicionamos a sí mismos por creer, que la liberación de nuestras existencias, se representa desde el exterior. Esta visión tan solo sigue limitándonos, además de hacernos caer en el rol del dolor, y la frustración personal. Es en este preciso momento, que caemos en el citado “pause temporal” de nuestras experiencias, en esta realidad del ahora. Esto es como un juego de niños, y tenemos que ver nuestras experiencias, como si de esto se tratara, ya que nuestras propias condenas las hemos de vivir cada uno, desde una perspectiva de liberación personal. Pondré un ejemplo, para que comprendamos lo que cito en este artículo.

Por ejemplo, podremos ver una manzana bellísima en su visión exterior, con unos colores rojos y anaranjados que nos hacen venir ganas, de morderla. Pero cuando lo hacemos, presenciamos que fuera de esa textura tan encantadora, existe en el interior esa parte de exceso de madurez, que nos impide comérnosla. Pues de la misma forma, se representan nuestras vidas. Podemos mostrar de cada hacia fuera, que estamos bien cuando en realidad nuestro interior, se refleja por exceso de madurez, la cual no dejamos fluir por condicionarnos a sí mismos, y vivir sumidos en nuestro propio dolor. En muchos casos, existe tanto dolor a nivel personal, que este se vuelca hacia el exterior, cuando en realidad, tan solo son fracciones de nosotros mismos, que nos piden a gritos, su propia liberación. La mente humana, corre de tal forma que se olvida de sí misma, debido a su potencial acumulado a nivel energético. (Este es el exceso de madurez del que os hablo). En algunos casos, es tan elevado el exceso de madurez personal, que nuestros cuerpos llegan a enfermar al no ser capaces, de condensar tantas energías en nuestra propia, transformación personal.

Hemos de ser conscientes, y emprender un camino de auto gestión personal, para adentrarnos en contemplar las posibilidades, que nos ayuden a profundizar en nuestras propias existencias, y adentrarnos en la transformación de esas cadenas, que arrastramos del pasado para actualizar nuestros propios softwares, en el ahora.

Todos somos capaces, de ejercer estas necesidades tan solo, necesitamos sentir las energías para que estas, emprendan un proceso de transmutación personal, en el avanzar de nuestras existencias en el ahora. A medida que contemplamos como nuestra realidad, cae a pedazos, adoptamos ese comportamiento de sumisión, que nuestra Alma anhela desde el inicio, de nuestras existencias. Si somos capaces de perdonarnos a sí mismos, seremos capaces de deshacer las cadenas de nuestro propio Yo inferior, el cual luchara de todas las formas posibles, para seguir reinando a través nuestro. Es el momento de dejar de correr como locos, buscando nuestras respuestas y empezar, a sentarnos en cada banco que encontremos, y nos preguntemos a sí mismos, que es lo que nos crea dolor, y como perdonarnos a sí mismos para que, todo nuestro alrededor se perdone a sí mismo. No existe nadie, que no pueda cambiar su realidad, tan solo es necesario comprender quien somos de veras, e integrar cada uno de los elementos, que componen nuestra propia experiencia, en el ahora. Nutrámonos de nuestro exterior, a medida que deshacemos los múltiples lazos, que arrastramos de nuestro interior.


Oriol, gracias por su lectura y difusión.

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